domingo, 27 de noviembre de 2011

La sensación de haber visto algo grande.

Ayer por fin fue el concierto de Noel Gallagher en Madrid, en la coqueta sala La Riviera. Una hora antes de que comenzara el genio de Manchester ya estábamos allí, esperando pacientemente. Con puntualidad británica, no podía ser menos, los componentes de la banda y el propio Noel salían al escenario, y comenzaba el espectáculo. Pocas maneras mejores de empezar que con "It`s good to be free". Tras el saludo inicial de rigor en un español básico comenzó con las canciones de su nuevo disco, que fueron muy coreadas por el público, sobre todo "Dream On", "Everybody`s on the run" y por supuesto, "Aka, what a life", que le dedicó a Jose Mourinho.


Uno de los puntos álgidos del concierto fue cuando los miembros de la banda se retiraron, y se quedó solo Noel en el escenario. Solo no, acompañado de su guitarra, para hacer recordar al público otros tiempos, interpretando unas fantásticas versiones acústicas de "Wonderwall" y de "Supersonic".
Tras esto continuó interpretando temas de su disco, y abandonó el escenario, para hacerse de rogar un poco, cosa que le gusta, como buena estrella que es.
Lo que ocurrió tras este descanso fue algo fantástico, y que los asistentes al concierto, al menos yo, guardaremos en nuestra memoria durante años. Salió de nuevo al escenario para tocar "Little by little" y "The importance of Being Idle". Cuando acabó este tema, se dirigió al micro para decir "Hasta luego, adiós" y comenzar a tocar esos acordes inconfundibles, que todo amante de la música conocen, "Don`t lock back in anger", con los que llevó a los asistentes al delirio. El público se entregó totalmente, si es que no lo había hecho ya antes y acompañó a Noel durante toda la canción, gritando de manera arrebatadora toda la canción y los estribillos. Fue un momento que tardará en borrarse de nuestras retinas.


La canción se acabó y con ella el concierto, y la pena me invadió a la vez que me invadía una sensación de haber visto algo grande. La sensación de haber visto a una de las estrellas de la música de todos los tiempos, en un espacio más íntimo que en los grandes pabellones que está acostumbrado a llenar.
Fue un concierto intenso y con una potente puesta en escena. Al estilo inglés, directo y sin florituras. Ha salido ganando respecto de su hermano creo yo, y cree él, y eso le hace fuerte.

Con B de Borja.

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